No es el primer año que los alumnos del Colegio San Amador se vuelca con esta causa. Desde finales de octubre, las horas de Dibujo se invierten para que, al llegar estas fechas, tengan material suficiente para realizar una actividad que ayude a las familias del Centro Educativo.
Todos los niños se unen y participan activamente guiados por sus profesores. Estos últimos se encargan de comprar el material, para así evitar el gasto a las familias, y los niños, por su parte, se organizan para que que cada uno cumpla con un objetivo en las labores, y hacer una cadena que haga que el resultado final llegue más rápido.
Estos adornos se terminan vendiendo en el Mercadillo del municipio, donde todos los años reciben una gran acogida. Los beneficios son destinados a comprar alimentos básicos para las propias familias del centro educativo que están en situaciones de necesidad.
La directora del Centro, Antonia Vázquez, manifestó que los padres, en talleres por las tardes, también colaboraron con la elaboración de estos adornos, además de ayudar en la venta de ayer, en el Mercadillo.
Asimismo, y para atraer la colaboración de la gente, la directora apuntó que este año se cambiaron los modelos elaborados. El precio, según detalló, fue simbólico, un euro por adorno para que, antes de las vacaciones de Navidad, se pudieran comprar y entregar los alimentos a estas familias del centro.
